domingo, 20 de junio de 2010

Diez, cien, mil Saramagos

Anteayer murió un hombre bueno que decía las cosas claras. Se fue Saramago y se nota.
Nos hacen falta diez, cien, mil Saramagos. Personas que no teman comprometerse con el paso de los años y sigan gritándole al mundo que lo que está mal está mal, por mucho que nos quieran vender lo contrario. Hombres como Saramago, que sean capaces de soñar un mundo más justo y luchar por ello. Y desde el amor seguir empujando un poquito más la utopía; y de llenar de humor sus palabras y hacer con ellas unos libros que no se olvidan y frases que hacen pensar.
Yo de mayor quiero ser un poco como él.

Aquí está en la presentación de su libro “Ensayo sobre la Lucidez” (http://blog.josesaramago.org) donde dijo cosas como “La democracia en que vivimos es una democracia secuestrada, condicionada, amputada…” 





Transcripción y mi traducción libre del portugués:

“Todo se discute en este mundo, menos una única cosa que no se discute: la democracia. La democracia está ahí, como si fuese una especie de santa de altar, de la que ya no se esperan milagros. Pero está ahí como una referencia: “la democracia”.
Y no se repara en que la democracia en que vivimos es una democracia secuestrada, condicionada, amputada… porque el poder de los ciudadanos, el poder de cada uno de nosotros, se limita, en la esfera política, a cambiar un gobierno que no nos gusta por otro que tal vez nos vaya a gustar. Nada más.

Pero las grandes decisiones son tomadas en otra esfera y todos sabemos cuál es. La de las grandes organizaciones financieras internacionales: el FMI, la Organización Mundial de Comercio, los Bancos Mundiales, la OCDE, todos estos…
Y ninguno de esos organismos es democrático.

Por tanto, cómo podemos continuar hablando de democracia si los que verdaderamente gobiernan el mundo no son elegidos democráticamente por el pueblo.
 ¿Quién escoge a los representantes de esas organizaciones? ¿Los pueblos pequeños? No.
¿Dónde está, entonces, la democracia?”  

José Saramago
Premio Nobel de Literarura

lunes, 7 de junio de 2010

Lógica idiomática aplastante


Aunque publicado en el diario Público en el año 2008, esta viñeta de Manel Fontdevila sigue siendo –es una pena– totalmente vigente y de plena actualidad.
El sano interés por nuevas culturas y paisajes hermosos nos lleva a soñar con viajar en nuestro tiempo libre a lugares de nombres a veces impronunciables en la otra punta del globo. Pero a menudo apenas conocemos al vecino de al lado o a la comunidad autónoma vecina y toda su riqueza histórica, cultural y lingüística.
Quien se acerque a Catalunya desde la curiosidad y el respeto, y logre dejar a un lado los prejuicios y los tópicos conseguirá, seguramente, enamorarse de sus paisajes. Y por poco que consiga el viajero que una pequeña charla en un pueblo del Pirineo o en el barrio gótico de Barcelona, por poner dos ejemplos,  le acerque a la gente del lugar, seguro que podrá sentir el calor y la hospitalidad de las personas de este país.  El mismo calor y cariño que sentimos mi familia y yo cuando llegamos en los años 70, huyendo de la dictadura fascista de los militares traidores de Chile.
Hace poco he descubierto que hablo en sueños y que lo hago tanto en castellano como en catalán, así que imagino que soy lo que llaman bilingüe. No es algo a lo que le dé demasiada importancia ya que me resulta totalmente natural usar ambas lenguas, incluso en la misma conversación (como infinidad de gente que conozco).
Lo que hace muchos años que sé por experiencia es que no es tan importante el idioma, sino el respeto y el deseo de entendernos.
Para acabar, unas preguntas al aire:
¿Por qué no se estudia euskera, gallego y catalán en los colegios de todo el estado español? ¿Ayudaría a formar a personas más tolerantes con las diferencias culturales de sus vecinos?
¿Por qué se lo ponemos tan fácil al inglés?
¿Y si cada vez tiene más importancia entendernos con los países árabes, porqué no estudiar esta lengua?

viernes, 4 de junio de 2010

Ay de aquellos que pretenden convertir una lengua en astillas...

"Ay de aquellos que pretenden convertir una lengua en astillas, porque no calculan el alcance del fuego que pueden llegar a originar."
José Montilla
Presidente de la Generalitat de Catalunya.
Intervención en la Comisión General de las
Comunidades Autónomas del Senado
Madrid, 24 de mayo de 2010